jueves, 6 de diciembre de 2012

BARQUITOS DE PAPEL


Hay instantes de paz tan ordinariamente simples que te salvan la vida.

Entonces se transforman en hitos de felicidad  fugaz, diminuta e inmensa que  toman una relevancia extraordinaria si logras atraparlos para tí.

Son gestos y momentos inconscientes de su valor terapéutico.

El “tots al camp” me da más fuerza que las pastillas;  la simplicidad obvia de “You and I” de Lady Gaga me cobija más que un padrenuestro; el tercer gol de Fábregas recibiendo el pase de Iniesta y mirando de reojo a Messi me ilumina la tarde oscura como ni la palabra de Jesús podría hacerlo; Natalia disfrazada de ratoncito es una inyección de sangre en mi corazón; Nicolás interpretando a un sauce es una grúa levántandome del subterráneo del dolor; Isabel durmiendo a mi lado es el mar de calma ante la angustia que dejan los restos del naufragio personal que se avecina.

La tempestad de la tristeza te deja ciego y te ahoga.

Así estoy: ciego y ahogándome de a ratos.

Y si todavía floto es gracias a estos (y otros) barquitos de papel que me transportan.

(Gracias Teddy Rocker por tu mensaje, espero que también tengas tus barquitos a flote)

1 comentario:

  1. Gracias a vos, "Mostro". Creo que tendré que releer Robinson Crusoe.

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